Red Sox enfrenta una interrogante, sin Devers, ¿quién tomará la batuta ofensiva para seguir en la pelea por los playoffs?
El domingo, en el tercero de la serie ante New York Yankees, Rafael Devers tomó turno por tercera vez en el juego en la parte baja de la quinta entrada. Enfrentó al zurdo Max Fried. Devers leyó a la perfección el primer lanzamiento del abridor del Bronx, una recta de cuatro costuras que conectó con fuerza para despachar un cuadrangular entre el jardín izquierdo y el central. El vuelacercas solitario puso la pizarra 2-0, a favor de Red Sox, y ningún otro corredor llegó a la registradora durante el resto del juego.
Después del triunfo frente al icónico rival... bueno, después de eso, Devers fue informado de su mudanza a San Francisco Giants a cambio de Kyle Harrison, Jordan Hicks, el jardinero prospecto James Tibbs y otro prospecto por anunciar.
Ése fue también el extra base número 500 para Rafael Devers en su trayectoria en las Grandes Ligas y seguramente el dominicano nunca imaginó que sería el de su adiós con Red Sox, el último acento de su carrera con el uniforme de Boston, que incluye dos bats de plata, tres convocatorias al Juego de Estrellas y un anillo de Serie Mundial (2018).
La pregunta es, ¿cuánto afectará a Red Sox la partida de Devers? En el renglón deportivo, es un duro golpe a las aspiraciones de los de Massachusetts de recortar distancia en el Este de la Liga Americana y conseguir un boleto a playoffs, hoy a 6.5 juegos de distancia de los del Bronx, que lideran el contingente.
Devers era la principal bujía ofensiva del equipo del que parte como líder de cuadrangulares (15), carreras producidas (58) y promedio de bateo (.272), además de ser el líder negociador de pasaportes de la Liga Americana, con 56.
Pero, muy seguramente, su partida ayudará a desatar los tensos nudos que se enlazaron entre el clubhouse, la oficina del equipo y el dominicano en la novela que se empezó a escribir desde el inicio de la pretemporada, con la llegada de Alex Bregman y la pugna por la titularidad de la esquina caliente. Ante el arribo del ex jugador de Houston Astros, Devers se manifestó y dijo que esa posición le pertenecía sólo a él, aunque los números claramente avalan la calidad de Bregman como un antesalista de etiqueta.
La oficina puso orden y Devers tuvo que aceptar quedarse con el puesto de bateador designado y abrir paso a Bregman en la esquina caliente. Más tarde en la temporada, ante la lesión de Triston Casas, se puso sobre la mesa la posibilidad de que Devers cubriera la inicial, pero el dominicano lejos de sólo negarse a jugar esa posición, cruzó palabras elevadas de intensidad con la oficina del equipo, incluido el jefe de operaciones de beisbol, Craig Breslow; tanto fue el torbellino provocado, que el dueño principal John Henry se vio obligado a viajar a Kansas City para reunirse con el pelotero para suavizar la situación.
Hasta este domingo, Devers comenzó como bateador designado cada uno de los 73 juegos de los Red Sox y dejó números espectaculares entre los hombres designados para batear por el pitcher en la Liga Americana, tanto así que es el mejor en fWAR del Joven Circuito (1.9), y el segundo de las Mayores, sólo detrás de Shohei Ohtani (3.6). Por lo que los Giants recibirán a un bateador de élite y quizás el primero que alcance los 30 vuelacercas en su roster desde que Barry Bonds lo hizo por última vez en 2004. Será interesante saber qué sucederá con Devers, quien podría jugar estos días la tercera base en el lugar de Casey Schmitt, quien ha suplido con creces al estelar Matt Chapman, cuyo retorno de la lista de lesionados está previsto para el 5 de julio.
Los Red Sox han acusado muchos problemas esta temporada en cuanto a la efectividad de su pitcheo, llegaron al último juego de la serie ante los Yankees ubicados en la posición 19 de las Grandes Ligas en cuanto a efectividad (4.02) y, de igual manera, la posición 19 en cuanto a WHIP (1.32).
Por lo que perder a Devers puede traducirse en menguar la aportación ofensiva a un cuerpo de lanzadores que, hasta antes del 7 de junio, no había estado a la altura de impedir que los rivales hicieran daño. A partir de esa fecha, se ha mostrado una mejora en el pitcheo: desde entonces, los abridores presumen marca de 6-0, mientras el bullpen marcha 1-1, aunque el cuerpo de relevistas deberá bajar el promedio de carreras limpias admitidas tan alto con el que llegó al juego de este domingo (5.06).
Los Red Sox han tenido par de rachas de cuatro derrotas y una más de cinco, quizás esta última fue la que encendió, en su momento, los focos de alarma, entre el 24 y el 28 de mayo, lapso en que perdieron dos juegos ante Baltimore y tres en Milwaukee, tres de esos cinco juegos por diferencia de una carrera y el último decidido en 10 entradas. Esa mala racha inició justo el día que Bregman fue colocado en lista de lesionados.
La primera mala racha de cuatro juegos comenzó en el segundo juego de campaña regular; perdieron tres de los cuatro encuentros de temporada ante Texas Rangers y luego uno más a domicilio en Baltimore; el otro mal paso llegó del 12 al 16 de mayo, en que fueron barridos por el mejor equipo de las Mayores, Detroit Tigers, y luego perdieron el primero de la serie ante un equipo emproblemado como Atlanta Braves.
La gran interrogante es quién tomará la batuta ofensiva que pertenecía a Devers, quien presumió 48 juegos con Boston en que alcanzó al menos dos veces la primera almohadilla, sólo por detrás de los 51 juegos de Aaron Judge; además, es el único jugador esta temporada con par de grand slams con Red Sox, el primero conectado el 18 de mayo contra Braves y el segundo el 23 de mayo ante Baltimore Orioles.
La partida de Devers traerá tranquilidad al clubhouse y a la oficina, pero muchos dolores de cabeza para el manager Alex Cora, quien tendrá ahora que encontrar en Wilyer Abreu, Jarren Durán, Trevor Story, el novato Marcelo Mayer o el propio Bregman, al nuevo motor ofensivo del equipo. Se fue uno de los estandartes de Red Sox, al que la franquicia apenas renovó en 2024 por 10 años y 313.5 millones de dólares.
¿Esta ausencia golpea las aspiraciones de playoffs de los Red Sox? Es muy probable que sí, pero aún es temprano para emitir un veredicto en torno a un equipo que cuenta con el talento necesario para ser contendiente. Así que, no lo descarten de la pelea.